Paseo de perros en Bogotá: de una legislación a una "profesión" con beneficios
- paseadoresperrunos5
- 30 may 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 7 jun 2024
Desde 1905 Bogotá coloco ciertas reglas para que los caninos puedan salir a pasear por las calles de la capital. Esta actividad ahora se convirtió en un estilo de profesión con beneficios, no solo para los animales, sino que también para los paseadores.

La salida de mascotas en Bogotá tiene una historia normativa desde hace más de un siglo, dado que entre 1905 y 1911, se dieron algunos acuerdos distritales que regulaban el tránsito y paseo de caninos por los sectores de la capital, estableciendo el registro de estos animales y las condiciones para su paseo, en ese caso correa y bozal, además de prohibir que deambularán solitariamente.
Y aunque esta regulación ocurrió hace algunos años, esto ha dado pie a que en la actualidad, el paseo de perros sé dé y además de que sea una necesidad para el bienestar animal. Ahora, se ha creado una nueva necesidad que son los "Dog Walkers" o mejor conocidos en Colombia como los paseadores de perros, quienes no solo se benefician física como emocionalmente, sino también económicamente, según estudios recientes. La interacción diaria con los caninos contribuyen a mejorar la salud general de quienes realizan esta labor.
Además, de la salud de los paseadores, no es un secreto que el ejercicio regula y mejora notablemente el comportamiento y el estado físico de los perros. Artículos como "Beneficios del ejercicio físico del perro" difundidos en varios sitios como en Radio Nacional de Colombia, destacan que los animales que realizan actividades físicas con regularidad tienen comportamientos más relajados y controlados, logrando una mejor interacción con otras razas.
Algo que se debe tener en cuenta, es que la Organización de Naciones Unidas aprobó la Declaración Universal de Derechos del Animal, el 15 de octubre de 1978, la cual "establece que todo animal posee derechos y señala que el desconocimiento y desprecio de estos derechos han conducido al hombre a cometer crímenes contra la naturaleza y contra los animales", lo cual lleva a que en varias ciudades del mundo, como por ejemplo en Bogotá se regule esta labor para no solo proteger los derechos del trabajador sino también de los animales.
Para el año 2015, la concejal Clara Lucía Sandoval, presento el proyecto de acuerdo no. 080 de 2015, en donde "se implementa el registro de paseadores de perros en el distrito capital y se dictan otras disposiciones" con el objetivo de legalizar esta labor y además de promover un protocolo de acciones responsables para quienes la ejercen, dado que según un estudio realizado en la localidad de Usaquén por la Alcaldía de esta localidad y de la Asociación Arkambiental, por lo menos un 47% de los hogares hacían uso de paseadores caninos.
Entre los protocolos a tener en cuenta, están los siguientes:
Reducir el número de animales paseados simultáneamente, el IDPYBA recomienda pasear un máximo de 8 perros por salida, con motivo según Paola Sánchez, profesional de esta entidad de que "el paseador pueda realizar su trabajo de manera efectiva sin comprometer el bienestar de los perros."
Limitar la velocidad y dificultad de la caminata, ajustándola al perro con la menor capacidad física del grupo.
Uso de arnés en lugar de collar de ahogo, para facilitar un manejo seguro y cómodo.
Conocimientos de veterinaria y adiestramiento, debido a la responsabilidad que implica cuidar de varios perros con diferentes necesidades y temperamentos.
Identificación del paseador canino, como una chaqueta uniforme para que los cuidadores lo reconozcan fácilmente, además el paseador no puede ser menor de edad.
Herramientas de comunicación, como un esencial para usar en caso de emergencias.
Herramienta de anclaje a la cintura para proporcionar seguridad adicional y permitir al paseador tener las manos libres para manejar situaciones imprevistas.
Estas recomendaciones buscan garantizar la seguridad y bienestar tanto del paseador como del canino. Además se debe tener en cuenta la situación normativa y las condiciones laborales de los paseadores, que según la resolución 061 de 2019 no solo incluye su seguridad sino también su salud, exigiendo así la afiliación a una ARL (Administradora de Riesgos Laborales).
Pero, la implementación del sistema de gestión de seguridad y salud en el trabajo sigue siendo incierta dado que los paseadores perrunos siguen enfrentando varios peligros, por ejemplo el que cuenta Nelson Púlido, que es el robo de perros de razas costosas que se pasean en el norte de la ciudad, en donde el modus operandi es que "fichan al perro y lo van siguiendo a uno en camionetas costosas, luego cuando ven que ya estamos en el parque y están sueltos, buscan llamar la atención del perro para subirlo y llevárselo" y por esta razón ellos han tenido que buscar métodos de defensa. Otro riesgo es la exposición de accidentes de tránsito ya que su sitio de trabajo es el espacio público, y por último las afectaciones en su cuerpo, dado que deben mantener una postura erguida durante el paseo.
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